¿Cómo se ha podido llegar al borde del colapso constitucional? Ignacio Camacho (Carmena, Sevilla, 1957) tiene la respuesta y la desgrana en el libro Cataluña, la herida de España. Mitos y claves de la revolución independentista (Almuzara), donde este periodista y escritor, de amplísima trayectoria, analiza lo que califica como “la revuelta de octubre”.
Camacho, columnista diario en ABC --periódico que dirigió entre 2004 y 2005-- y colaborador en diversos programas nacionales de radio y televisión, asegura en conversación con Crónica Global que “el reférendum del 1-O fue chapucero, pero España se pudo ir al carajo”.
El periodista considera que el independentismo es la primera revolución 3.0 de Europa. “La revuelta de octubre combinó nacionalismo, populismo y agitación en la calle”, explica Camacho. Todo ello, añade, revestido de un “magma de propaganda y posverdad --compara las movilizaciones callejeras con la estética de la cineasta nazi Leni Riefenstahl-- al que el Estado no supo responder”.
Golpe de autoridad tardío
En este sentido, explica que “desde los años ochenta, el Estado se ha ido alejando de Cataluña y ha dejado que cuajaran los mitos independentistas sin entrar a refutarlos”. Considera que la reacción de los partidos constitucionalistas “ha sido tardía, pues se permitió que se celebrara la consulta del 9N y el referéndum del 1-O. Hubo una cierta ingenuidad al creer que Oriol Junqueras era un hombre de diálogo. El 155 ha supuesto un golpe de autoridad que se podría haber aplicado antes, cuando los días 6 y 7 de septiembre se aprobaron las leyes de desconexión”.
Camacho afirma que “a Mariano Rajoy le faltó valor para aplicar el 155, le faltó audacia, no quería hacerlo de forma unilateral sin PSOE y Ciudadanos”. El resultado, dice, “es un 155 timorato, sin convicción. Se optó por el procedimiento más sencillo, que es convocar elecciones inmediatas sin tomar decisiones de gran calado”.
Pesimista tras el 21D
El autor se muestra pesimista respecto a la restitución de la normalidad tras el 21D. “Los constitucionalistas tienen la posibilidad de ganar, pero no de gobernar. Los independentistas han entendido que no tienen masa crítica. Pero llegará un día en que la tengan y problema volverá”, afirma. La única vía para consolidar el regreso a la normalidad “son cuatro años de gobierno constitucionalista, como ocurrió en el País Vasco”.
Camacho cree que, junto a los independentistas, Podemos ha contribuido a desestabilizar el Estado constitucional, “aunque eso le ha perjudicado electoralmente”. Ejemplo de ello, dice, es la cena de Junqueras y Pablo Iglesias en casa del empresario Jaume Roures.
Asegura que antes de que compareciera Felipe VI en televisión para abordar la cuestión catalana “el Gobierno zozobró. Por ello salió el Rey, para llenar ese vacío de poder. El 1-O fue chapucero, pero España se pudo ir al carajo en octubre”.
El procés, afirma, “ha roto los hilos invisibles que consen España” generando odio entre Cataluña y el resto de España. Y advierte: “Hay esperpento para rato”.
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